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Campeones

Continúa la historia de Cañonero en la Triple Corona de 1971

 

 

El hijo de Pretendre venció con solidez en el Preakness Stakes

 

El castaño fue muy ganoso desde la partida y se acopló muy bien a la pista de Pimlico para dejar fluir toda su capacidad corredora

Finalizada la edición 97 del Kentucky Derby, las tribunas de Churchill Downs, quedaron silenciadas y abatidas por el resultado que acaba de acontecer, le costaba al público asistente al magno evento de la hípica norteamericana, asimilarlo, pero lo cierto del caso… es que ya había un resultado y los forasteros hacían historia. El domingo, 2 de mayo de 1971, los titulares de la prensa hablaban de la hazaña y de cómo un purasangre de campaña pistera en Venezuela, donde ni siquiera… era el más popular, les arrebata el Kentucky Derby G1. Vale destacar, Cañonero II (Pretendre – Dixieland II) a los 2 años, corrió en el meeting de verano del hipódromo de “Del Mar” al sur de California.

Justo ese domingo, los aventureros venezolanos, descansaban y a la vez, se alistaban para ir a Maryland, donde se correría el “Preakness Stakes” G1, en el hipódromo de Pimlico, segundo clásico que conforma la Triple Corona de USA. De pronto, Ávila y Arias, ya eran muy populares, ahora eran: Mr. Gustavo Ávila y Mr. Juan Arias, y así se les reconocía, en los hoteles, restaurantes y, en las caballerizas del óvalo de Churchill Downs, sin embargo, un pequeño grupito, tenía cierta resistencia por sus orígenes. El “Negro Arias: “Ya no me ven como maletero y me atienden muy bien…”.

En el entorno hípico de Venezuela, tampoco se creían lo sucedido… y en las primeras de cambios, todo el mundo lo tomó a “mamadera de gallo…” pero una vez confirmada la noticia, hubo un júbilo y orgullo por el resultado, así como también, por la destacada actuación de quienes representaron al país. Se creó una gran expectativa, por ver a Cañonero II, corriendo el Preakness, por tal razón, varios integrantes de la élite del hipismo venezolano, compraron sus pasajes e hicieron las reservaciones, para asistir a la competencia y apoyar al equipo liderado por Pedro Baptista.

Llegó el sábado, 15 de mayo de 1971, había mucho interés por los fanáticos exigentes al turf,  de presenciar la jornada clásica en la arena de Pimlico, la misma cancha, donde se corrió el duelo entre, War Admiral (Man O´War – Brushup) y Seabiscuit (Hard Tack – Swing On), esté último el ganador. Los reportes de los trabajos, indicaban que, Cañonero, andaba en excelente forma física, aún así, no era el gran favorito… en la taquilla, aunque en esta oportunidad, estaba muy bien visto por los apostadores. Quienes fueron vencidos en el Kentucky Derby, esperaban la revancha, mientras que la delegación criolla, nuevamente tenía muchas esperanzas en el triunfo del invasor venezolano, el “Gran Cañonero II”.

Otra vez llegó la hora de la verdad, el llamado proveniente del clarín, anunciaba el desfile protocolar de los ejemplares al punto de partida, mientras que, Juan Arias, le giraba las últimas instrucciones a su jinete. Esa tarde el noble purasangre venezolano, salió con el número 9 en su gualdrapa y con un Gustavo Ávila, muy seguro sobre los estribos. El público de las tribunas de Baltimore, fue más receptivo y no lo miraban con desplante, sino con respeto y cautela, aunque muchos asistentes iban a ligar su triunfo, entre ellos los hípicos criollos, los cuales aprovecharon el famoso dólar barato para ir a los Estados Unidos.

Al fin… la partida del Preakness Stakes de 1971, en ese viaje, Cañonero, partió sin novedad y en los primeros 300 metros, se posicionó en el tercer lugar a un costado de los punteros por una línea ocho aproximadamente, un furlong más adelante el purasangre de los venezolanos, lo que quería era correr y correr… no le quedó otra opción a Gustavo Ávila que venirse en una cabeza a cabeza con Eastern Fleet (Fleet Nasrullah – Amoret), dejando: 23” 2/5, en el primer cuarto de milla, cubierto ese tramo, ya en la recta del frente, sólo se veían a estos dos ejemplares, cuando llegaron al terreno de los 800, la lucha seguía intensa y dejaron crono de: 47” exactos, no obstante, todo parecía indicar que Ávila tenía, caballo “pa´ bajo…”.

Al giro de la curva, era evidente que los dos punteros decidirían, Eastern Fleet por dentro y el hijo Pretendre (Doutelle – Limicola), por fuera con la chaqueta marrón de Batipsta, en una línea tres. Dejaron: 70” 2/5, para los 1200 metros. A la mitad de la recta final, a unos 150 de la llegada, Cañonero, quebró la resistencia de su rival, el descendiente de, Fleet Nasrullah (Nasrullah – Happy Go Fleet), quien tuvo que resignarse a ser su escolta a casi dos cuerpos, mientras que Ávila, venia apilado, arreando, pegando y, mandado, camino: ¡a la inmortalidad! Para así lograr la segunda gema de la TC, siendo esta la edición 96 del Preakness Stakes.

Se continuaba escribiendo una gran historia, la del “Campeón” Cañonero, ya no era una sorpresa…, ya era un caballo querido y respetado. Los aventureros venezolanos, Ávila, Arias, Baptista y, quienes viajaron a USA desde Venezuela, se encaminaban con todas sus alegrías al Olympo del hipismo, para participar y otros para ser testigos en el “Belmont Stakes” G1, la prueba final, la cual se realizaría, el sábado, 5 de junio de 1971, en el hipódromo de Belmont Park, en Elmont, Nueva York. Iba a ser un acontecimiento sin precedentes, ya que sólo falta un paso para conquistar la Triple Corona. Es oportuna señalar, que desde el año de 1948, no había un triplecoronado, siendo, Citation (Bull Lea – Hyproplane (GB), el último en lograr la majestuosa hazaña.

José Daniel Gil

@josedaniel11

Foto: Omerín Otamendis

Vídeo Cortesía: Canal YouTube

Mensaje del editor: La hípica es pasión y entretenimiento,  pero el verdadero goce de la vida es Dios. Por tal razón, hoy comparto esta palabra con usted que lee el presente trabajo y lo invito a seguir la cuenta: @cristianoydefe, si tiene un problema contáctenos porque oraremos por su restauración.

Proverbios 24:2 “Porque su corazón piensa en robar, e iniquidad hablan sus labios”.

 

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